Antiguamente los primeros libros fueron de arcilla, madera, bambú y papiro. Del códice al libro impreso. Hoy del libro impreso al libro electrónico.
En la actualidad los medios electrónicos plantean un desafío ineludible y colmado de expectativas para la sociedad en general.
Los avances tecnológicos posibilitaron nuevas formas de fusionar el hierro, nuevas técnicas de laminar al vapor de la madera, nuevas formas de fabricar las placas de vidrios, etc., también posibilitaron nuevas prácticas de lecturas de libros.
No le tengamos miedo a los nuevos espacios y códigos de intercambio, hoy son comunes la información a distancia, el comercio electrónico, las publicaciones electrónicas, las bibliotecas digitales, los libros electrónicos, etc.…simplemente es la suma de la lectura digital a la práctica tradicional de lectura.
No se trata de negar la importancia de los medios electrónicos, sino de comprender que su uso es un complemento a la lectura tradicional de los libros en formatos impresos y que es necesario que ambos se potencien mutuamente.
Un libro es carne de quién lo hace y quién lo lee, porque el libro tiene cuerpo, tiene forma, tiene carácter…se convierte en un fetiche y en un representante de las personas (Fernando Savater).
Los libros no pueden compararse con el vínculo diferente que se establece entre el sujeto lector y la pantalla de la computadora. Al leer un libro se genera una particular intimidad con el objeto y con ese entrar a un mundo que el libro posibilita. en el acto concreto.
Ante esta época de cambios se presenta una cuestión fundamental, las de las bibliotecas que tienen como tarea esencial, recopilar, censar y proteger los objetos escritos del pasado y así, hacer posible el orden y el acceso a los libros en formato impreso.
Como decía Adolfo Bioy Casares, Vale la pena leer los libros, porque ocultan países maravillosos que ignoramos, contienen experiencias que no hemos vividos jamás. Uno indudablemente es más rico después de la lectura.
Leer en la escuela es un compromiso institucional, la lectura debe ser eje de un pacto institucional que la contemple y promueva.
Leer es una nueva manera de vivir. Leer un libro abre puertas a todas las formas de aprendizaje personal y al crecimiento intelectual. Hoy en este siglo XXI repleto de las nuevas tecnologías, la Biblioteca Pedagógica y Popular “Domingo F. Sarmiento”, los invita a leer libros con sabor de las ideas, con sabores románticos, con sabores fantásticos, con sabores melancólicos, con sabores históricos, con sabores geográficos, con sabores filosóficos, con sabores mágicos, de ficción y de suspenso…
El futuro pertenece a los libros impresos.
Y como decía María Elena Walsh: Donde no hay libro hace frío. Vale para las casas, las ciudades y los países.
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